Todos necesitamos de alguien…

Hace unos días tuve la oportunidad de reencontrarme con personas a quienes les tengo gran aprecio y cariño. De esas que por algún motivo, la vida te las pone en el camino y conectas con ellas al instante, creando así, gracias a una bonita coincidencia, un lazo firme de amistad.

Gracias al sentimiento de felicidad que llenó mi corazón ese día, pude hacer una introspección y comencé a analizar lo bonito que es el don de la amistad. Y de ahí me di cuenta de lo siguiente:

Todos necesitamos de una buena plática con un buen amigo; todos necesitamos de alguien que convierta las nubes grises en arco iris y los tragos amargos en algodón de azúcar. Necesitamos tener cerca nuestro, a esas personas que nos hacen sonreír al verlos,  que nos abrazan fuerte, y que sacan lo mejor de nosotros mismos.

Todos necesitamos escuchar más de alguna vez un «te he extrañado», «qué alegre que estés aquí», «qué bonito volver a verte». Todos necesitamos de esas personas que saben aconsejar y que, acompañan cada dote de sabiduría con un abrazo.

Todos necesitamos, de vez en cuando, voltear a ver a nuestro lado y ver que no estamos solos. Todos necesitamos gotas de agua dulce, personas con quien recordar las alegrías y sobrellevar las tristezas; todos necesitamos de una mano dispuesta a ayudar, de un hombro en quien apoyarnos y de un oído dispuesto a escuchar.

Todos necesitamos de alguien… y no porque seamos débiles, ni incapaces, necesitamos de alguien porque la vida está hecha para ser compartida. Es por eso que uno debe tener siempre cerca, a esas personas que te traen buenos recuerdos y te permiten crear junto a ellos, otros nuevos.

Paola Zúniga S.